Un beso aguarda en un espacio trémulo
Distante entre cientos de kilómetros
Separando dos almas perdidas, vagabundeando
En un mar de incertidumbre y duda.
Dos labios que ansían rozarse
Dos manos que quieren tocarse
Una luna que mira
Unas estrellas que se burlan
¿Qué acaso no ves, dulce princesa,
Que a este vagabundo le haces falta?
¿Qué acaso no sientes, grave fiereza,
Que mi alma quiere con la tuya fundirse?
No, no hay esperanza, solo la luz plateada
De noches sin nubes, sin miedo ni gloria
De hielo que quema y nos hace sudar
No, no existe el tiempo ya.
Los ojos se buscan desesperados
Entre el cielo y la tierra
El agua del mar se evapora y deja sólo sal.
Sal que se acumula en las heridas.
Pero no temas princesa de hielo
No temas que pronto el sol
Derretirá tus finas siluetas
En divinos ríos correrás
Y el viento pronto me llevará
Echo polvo, cenizas sin sabor
Y contaminaré sin dudar ni un instante
El agua tan pura de tu corazón.
1 comentario:
yo no creo en eso... pero es muy bueno
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