Nadie hubiera podido pedir algo mejor. El hombre sonrió, pero sus ojos se mantenían muertos, con apenas una parte de su cara en las sombras, esperando el momento perfecto; no sabía cuando llegaría, pero las muchas colillas que se repartían entre el piso en la mesa parecían indicar que faltaba poco, pues ya había pasado suficiente tiempo. El humo encerrado creaba una densa cortina que irritaba su fría mirada. Bebió un último trago de la botella, el líquido quemaba su garganta mientras fluía suavemente.
Y así, mientras aspiraba el último aliento de nicotina, se extinguó la noche, se extinguó el cigarrillo... se extinguió la vida.
2 comentarios:
con madres cabron
tuvo chingon
Está chido we, pobre vato reflexivo u__u
debería fumar delicados sin filtro y tomar alcohol etílico del de la tapita roja, azúl no porque chinga
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