El infierno es un lugar, una condición, un estado. El infierno puede ser un millón de cosas y a la vez no ser nada. Un hombre despreciado por su amada puede estar en el infierno. Una mujer atacada, un bebé abandonado, una princesa desconsolada... es un lugar que adopta mil formas, y tal vez el mayor triunfo del diablo sobre la humanidad es hacernos creer que ni el ni el infierno existen.
Cada persona tiene su infierno, lo que para algunos es suerte, para otros es desgracia. Me han dicho muchas veces: "no sufras, a la gente le va peor". A mi no me importa a quien le va peor y a quien le va mejor, yo sólo estoy interesado en como me siento yo, en si mi infierno personal es lo bastante fuerte como para destruirme, o si yo soy lo bastante fuerte para destruirlo a él.
Sufrir es algo necesario, tan necesario es el infierno como el sufrimiento. Nos hace crecer, nos hace purificarnos. Quema con sus llamas todo lo que nos hace daño, y al final, como dicen en una serie de animé: Ganas un corazón de acero. Pero el acero puede ser blando.
El chiste es refugiarnos en nuestro infierno cada vez que necesitemos llorar, sufrir es la única forma en la que seremos salvados por nosotros mismos, por el caballero que tenemos dentro, que busca defender a una damisela en peligro, o salvarse así mismo de un enorme dragón "con alto contenido de butano" como en el caballero de la armadura oxidada.
Nunca olvidemos, que lo necesario no siempre es algo positivo, el equilibrio entre lo malo y lo bueno. Entre alegría y sufrimiento.
2 comentarios:
Se me olvida vato...y les suelto el choro, en vez de callamre y deicr si...
Muy bueno, mi infierno como que ya esta re comodo conmigo porque nomas nose larga
saludos
tu eres mi infierno por que contigo estoy en llamas....
hahahahaha
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