Uno realmente nunca llega a conocerse a sí mismo completamente. Puedes pasar varios años en completo silencio y de todas formas, no podrás entender ese intrincado laberinto en el que tu mente se convierte con gusto cada que quieres averiguar algo.
Así es la mente. Sólo en ocasiones te topas con extrañas y nuevas revelaciones: leyendo un libro, platicando con personas que estaban perdidas... viendo Shrek II. Nunca sabes que te vas a topar, porque, si algo puedes saber (ya hemos dejado en claro que tu mente no, al menos no mientras no seas un monje o alguna de esas mamadas japonesas) es que no vas a saberlo todo. No en esta vida. Tal vez al morir se nos muestre un video mágico y se nos revelen los muchos misterios.
Tan sólo de la mente son varios. Si nos imaginamos otras cosas: la vida, la otra gente (otras mentes, otros laberintos), el funcionamiento de un ventilador...
Se preguntarán porque este post se llama reflexiones, y no misterios, o "texto extraño que no entiendo ni un poquito". Bueno, así es básicamente la forma en la que pienso para encontrar soluciones. Reflexiono mientras todo da vueltas y regresa a donde mismo hasta que, eventualmente, doy una vuelta en el laberinto distinta a la que ya había dado y aparece un ángel (a veces uno muy feo) que me dice: has encontrado otro pedazo de ti.
Y lo guardo bien.
1 comentario:
reflexiona el por que tenias abandonado este sitio, es la única cosa que realmente te apasiona, bueno yo soy otra ja! ya casi un año de no escribir en el, por favor no dejes de escribir es como si perdieras una parte de ti.
te amo :)
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